Los hoteles se pueden beneficiar de una manera sencilla y muy eficaz de los sistemas domóticos.
Una forma de automatizar y aportar una gestión en la energía del edificio es con la domótica. Se trata de facilitar la vida, tanto de los propietarios del establecimiento como de los huéspedes, dotando de inteligencia a los aparatos electrónicos para que se puedan programar y actuar en momentos determinados.
La domótica busca adaptarse a las necesidades que cada particular precisa, por eso dispone de varias tarifas para negocios que pueden acomodarse al presupuesto de cada situación. En este sentido, garantiza la eficiencia energética, un objetivo a lograr para mitigar los efectos de la crisis climática irreversible, debido al uso masivo de combustibles como el petróleo y sus derivados (plásticos, pinturas, barnices, disolventes, fertilizantes e insecticidas, cauchos artificiales, poliéster…). En consecuencia, se percibe un ahorro de energía y de dinero en las facturas eléctricas, si bien se pueden activar los sistemas en el momento que mejor convenga.
Domótica en hoteles y oficinas
Antes de sumergirnos en los aspectos que pueden cubrir los sistemas domóticos en los hoteles, veamos cuales son las características que poseen estos equipos para el bienestar de todos los que conforman un hotel u oficina, y que van más allá del ahorro de energía y la comodidad que generan:
Facilita las labores de mantenimiento. Los aparatos pueden detectar los problemas que está sufriendo la máquina al momento. De esta manera, el técnico acude ante el aviso de emergencias.
Permite que los espacios se personalizan a gusto del consumidor, de tal manera que el cliente pueda sentirse cómodo en el espacio escogiendo la temperatura o el color de la luz.
¿De qué manera puede contribuir la domótica al ahorro de energía? En los hoteles (no importa si son pequeños o grandes), la domótica emprende una serie de aplicaciones de gran utilidad para acomodar a los huéspedes y que se sientan como en casa.
Sistemas de climatización inteligentes
Una gran utilidad que permite relajar el ambiente a gusto del cliente es la calefacción del entorno. La domótica puede dar el placer a los huéspedes de regular el sistema desde las habitaciones, a través del control remoto. Ya sea mediante una aplicación en el teléfono móvil o tableta electrónica, como por sensores de detección, los usuarios deciden el volumen de calor o de frescor en su cuarto.
Iluminación LED, la más duradera del mercado
Por otra parte, que los huéspedes pueden encender, apagar y activar (a su gusto) el encendido de las diferentes bombillas dispuestas en la habitación sin la necesidad de levantarse de la cama, no solo constituye una necesidad, sino también al ahorro económico del establecimiento.
A nivel general, los pasillos de las habitaciones también pueden contribuir al estalvio mediante sensores de movimiento. Al ser zonas poco transitadas a determinadas horas del día, pero que deben permanecer encendidas a cualquier hora para la necesidad que se plantee y su duración debería ser corta para ahorrar más en el consumo general. De esta manera, cada vez que se detecte a alguien caminando por una determinada zona, las luces se encenderán de manera automática para iluminar el camino.
Para una mayor experiencia, la sustitución de las bombillas incandescentes o fluorescente por la tecnología LED, no solo permite un ahorro del 25 % en la iluminación, ya que precisan de menos consumo para garantizar la luz, sino que, además, tienen una duración media de 10 años, casi el doble que las bombillas tradicionales. En este sentido, vale la pena apostar por ellas.
Una de las ventajas de las luces LED, que puede atraer al cliente, supone la elección del color y tonalidad de las luces en las estancias. De esta manera, si el huésped precisa una luz más tenue, a través del sistema domótico se podrá garantizar el control remoto, y de esta forma escogerá con precisión la elección preferida para su confort.